El diario ABC publicaba hace unos días la existencia de la primera biblioteca sin libros en la Universidad Politécnica de Florida. Es muy significativo que una universidad opte por este formato de libro por lo que supone de inversión económica y como «tanteo» de los ejemplares que deben adquirir, puesto que aquellos que se consulten más de dos veces, serán adquiridos por el catálogo de dicha biblioteca.
Esta noticia demuestra como la tecnología ha irrumpido en la educación para transformar espacios, tal y como sucede en otras esferas vitales. El silencio, la sabiduría y el carácter imponente de esta biblioteca no será creado por volúmenes de libros ni se podrá recorrer un pasillo torciendo la cabeza para leer mejor los lomos de los ejemplares. Literalmente será el conocimiento que alberguen los textos digitales consultados a través de diferentes dispositivos lo que convertirá en este espacio que Calatrava ha diseñado en lo que es: una biblioteca.