El 8 de marzo es el día destinado a recordar la situación de las mujeres en las diferentes sociedades. Aquí no se va a plantear el sentido del día o no. Como cualquier día de celebración cada quién, desde su libertad, elige celebrarlo, sentirlo, hacerse eco o hacerse detractor sin miramientos. E, incluso, vivirlo como cualquier otro día.
En esta ocasión lo vamos a aprovechar para hablar de las mujeres y la tecnología. Poco a poco se va rompiendo la brecha que siempre ha existido en este tema. Podemos encontrar una explicación desde la historia de la educación de las mujeres y ver en esta diferencia las razones clásicas de división del trabajo, del conocimiento, de lo propio de cada género. Las mejores mujeres futbolistas todavía no tienen el reconocimiento que se le otorga a sus compañeros masculinos. La igualdad será reconocida, pero la reminiscencias de «lo natural» justificarán que en los talleres haya más hombres que mujeres y en la educación infantil más mujeres que hombres. Este aspecto se trabaja en el plan de estudios de Ed. Infantil, en la asignatura «La Escuela en la Educación Infantil: Políticas Educativas comparadas en la Unión Europea»
Siguiendo esta línea de razonamiento, lo tecnológico ha sido un campo masculino, aunque las cosas están cambiando. Nada cambia por sí solo, las personas hacemos que cambien contando no sólo historias de hadas, sino explicando que Ada es un lenguaje de programación y contándole a niñas y niños que las máquinas pueden hacer cualquier cosa que sepamos cómo ordenar que la ejecute. Esto lo dijo Ada Lovelace, la primera programadora, en 1843. Los cambios actuales llegan de mano de las mujeres que están dentro de este campo, los varones que las reconocen como compañeras, los usuarios que no hacemos discriminación y las familias que alientan las diferentes opciones de juego y formación de sus hijos e hijas, ligadas más a sus gustos que a su género.
En esta noticia de Eskadi+innova se recoge la situación actual en el campo de la tecnología y las propuestas que ya hay en marcha para romper la brecha entre géneros. De hecho, ¡Ánimo y a por la igualdad real! 🙂