La UNESCO declaró el 13 de febrero como el Día Mundial de la Radio. Hoy, bombardeados de información a través de diferentes medios, la radio sigue estando presente con una sensación de las amistades «de toda la vida».
Incluso quienes no son conscientes de escucharla, saben de ella al montarse en un autobús o un taxi, en los coches de amigos y familiares, en cualquier establecimiento y más si es un bar de los de siempre.
Uno de los motivos para que este medio caliente, (siguiendo la definición de McLuhan), sobreviva como el más seguido en el planeta es su adaptación a las tecnologías más punteras. Integrarse en la red, la cual se está convirtiendo en ese nuevo «transistor» para la radio, o añadir la tecnología que hace cosas tan útiles como no tener que cambiar el dial en un viaje, hace posible que permanezca en el día a día de muchas personas.
Para celebrar este día cada emisora ha realizado diferentes actividades. Por ejemplo, RNE se ha emitido desde París (desde la sede de la UNESCO) y la SER lo ha hecho desde un atasco y una tienda durante la mañana.
Dentro del temario de «Recursos Didácticos y Tecnologógicos» tanto de Ed. Primaria como de Ed. Infantil del CMI incluimos la radio como ese motor de información y comunicación que nos ha hecho más libres y más sabios, democratizando el conocimiento y llevándolo a los rincones más recónditos e inaccesibles.
La radio ha educado a generaciones completas en este país. Ha acompañado a familias en los momentos más complicados de nuestra historia. Nos ha culturizado, nos ha emocionado y, lo mejor, nos ha hecho bailar bajo ritmos diferentes. «Ver lo que dicen en la radio» es una garantía de veracidad de la que todavía no gozan otros medios. Parece que la voz es más sincera que un buen maquillaje televisivo o un anonimato internauta. Yo tuve la suerte de tener una abuela con una casa poblada de radios. Siempre he pensado que los años y la radio la hicieron sabia.