Facebook tiene algo de bucle: entran noticias, generan reacciones, se comparten y vuelven a ser noticias. Hoy anda por los muros cómo 20 desconocidos se miran a los ojos y reaccionan de una manera muy intensa. Mientras lo veía, he de reconocer que pensaba «claro, seguro que sólo ponen las reacciones más llamativas» o «eso no es por mirarse a los ojos, eso es porque son muy monos». Intentaba incluir algo de escepticismo al «experimento social». Incluso me he quedado viendo los créditos para ver quién había detrás de la propuesta. Luego, buceando para ver qué opiniones se habían generado, me he topado con un artículo de hace unos meses que habla de este vídeo como un viral de gran efecto. He de reconocer que me ha dado pena, aunque intentaba pensar que había un toque sensacionalista, una parte de mi se había ilusionado con que la gente reaccionara así con una mirada.
Los vídeos virales funcionan bien, rápido y de economizan el coste de una campaña publicitaria. Parecen más «limpios» que los anuncios con mensaje, aunque precisamente por eso pueden ser más cuestionables. Lo que llegó con los azucarillos para hacernos pensar se está generalizando en nuestra forma de entender la publicidad ¿nos estamos reeducando? Es un tema interesante para trabajar en Recursos Tecnológicos
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