Es una de las ideas que comenta Raúl de la Cruz-Linacero, experto en hábitos de jóvenes en Internet y fundador de páginas dirigidas a ellos, recogida en este artículo de «El País». En él se explica cómo tanto niños cómo jóvenes no conocen personalmente a un tercio de sus contactos en las redes sociales.
En este interesante artículo hablan de conceptos que han adquirido otro significado a través de Internet, como la amistad o lo que se entiende como «ser un extraño». Igual que en un gran número de cumpleaños de los niños los invitados son todos los compañeros de clase, los amigos en las redes son contactos que te puedan interesar por algún motivo, nombrado como «amigo», pero con una definición muy diferente a la convencional.
No obstante, tanto en la infancia como en la adolescencia, los equívocos pueden estar a la orden del día. Tener claro qué se puede compartir y qué no a través de las redes, es fundamental. No sólo por aclarar qué es la amistad, sino por no generar material como imágenes o informaciones sensibles que, en el peor de los casos, puedan ser utilizados de forma incorrecta. La realidad de Internet es su condición de escaparate y la construcción casi indeleble de lo generado en ella. La educación es un factor imprescindible, pero esta vez no la de los niños y niñas, sino la de sus padres, madres y maestros/as que deben distinguir los riesgos reales de los miedos generados (e infundados) al observar los cambios que conlleva estar en la Red.