Uno de los grandes retos de la educación es el formar ciudadanos que puedan desenvolverse con éxito en la sociedad que les toca vivir. La enseñanza ha ido cambiando a lo largo de la historia y los colegios han cambiado con ella. Ahora nos enfrentamos a grandes cambios, marcados por un ritmo acelerado que afecta a nuestra sociedad. No cabe duda de que el entorno social y laboral en el que se integrarán nuestros alumnos en el siglo XXI requerirá personas activas, flexibles, creativas y orientadas al trabajo en equipo, capaces de aportar soluciones innovadoras a los retos diarios. Es por todo esto que debemos fomentar en ellos el desarrollo de habilidades y competencias que serán clave para ellos. Estas son las 7 competencias básicas del currículo español:
- Competencia en comunicación lingüística.
- Competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología.
- Competencia digital.
- Aprender a aprender.
- Competencias sociales y cívicas.
- Sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor.
- Conciencia y expresiones culturales.
Pero, además de las competencias básicas, un ciudadano del siglo XXI deberá tener unas competencias críticas (resolución de problemas, creatividad, comunicación, colaboración) y unas competencias personales (curiosidad, iniciativa, perseverancia, adaptabilidad, liderazgo y consciencia social y cultural). Ante este momento los docentes y los proyectos educativos y pedagógicos deben modificar e incluir en las aulas todo aquello que ayude a incorporar estas competencias.
El uso de las nuevas tecnologías en la educación es una nueva forma de acceder a contenidos educativos, así como el mejor planteamiento para desarrollar esas habilidades y competencias que necesitamos fomentar en nuestros alumnos.
La robótica educativa se ha convertido en un recurso eficaz para desarrollar algunas de estas habilidades y competencias. Además permite el trabajo interdisciplinar y la mejora en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Para los que aún no conocen muy bien en qué consiste explicaré que, la robótica educativa es la construcción de un pequeño robot o mecanismo manejado con un software sencillo. Gracias a esto, los alumnos aprenden, mediante el método de ensayo y error, a programarlo y conseguir que realice tareas sencillas.
Los niños, al programar, están introduciéndose en el pensamiento computacional. De esta forma desarrollan una de las competencias fundamentales, la de aprender a aprender
Este recurso es muy útil en todas las etapas educativas.
En Infantil y Primaria resulta muy motivador, su curiosidad es un impulso para realizar grandes aprendizajes y descubrimientos 
mediante la experimentación. Incluir los lenguajes de programación desde edades bien tempranas les permite nuevas formas de expresión. Se trata de iniciarse en el conocimiento de este nuevo lenguaje al igual que hacen en otras áreas cuando se inician en el lenguaje musical, matemático, lingüístico… Una herramienta para trabajar y acceder a los contenidos del currículo de un modo diferente, y que por sus propias características facilitan el aprendizaje por indagación desarrollando distintas habilidades y competencias básicas. La creatividad de docentes debe entrar en juego creando actividades educativas de robótica contextualizadas y significativas.
En la imagen podemos ver algunos de los robots de suelo más utilizados en esta etapa.
A partir de primaria se pueden introducir en la construcción de sus propios robots o mecanismos con piezas de construcción, poleas, ganchos móviles en cuerdas, ejes y engranajes.
En Secundaria supone un mecanismo increíble para poner en práctica principios matemáticos, físicos… científicos en general.
En Bachillerato y Formación Profesional se consolida una especialización que les puede permitir una profesionalización y comercialización posterior de lo construido.
Lo cierto es que fomentar el desarrollo de las habilidades y competencias necesarias para el siglo XXI no es tarea fácil para los docentes pero con herramientas y recursos como estos, todo se hace un poco más sencillo.
